viernes, 9 de octubre de 2009

Dalai Lama. El arte de la Sabiduría.

Cuando analizamos con tranquilamente esas intensas emociones, como la ira, el apego y los celos, descubrimos en el interior de su proceso causal un poderoso sentido del "yo". Sentimientos como " Yo no quiero es", " Esos me produce repulsa" o " Me siento empujado", esconden nuestra experiencia emocional.
¿ Como nos relacionados y contrarrestamos el fuerte sentido del "yo"?
Analizarlo es el primer paso. Otro paso para contrarrestar estas aflicciones es intentar reducir la fuerza de nuestro apego al carácter concreto del objeto de nuestras emociones.

Tomad el ejemplo de vuestra actitud respecto a una valiosa posesión, como vuestro coche o vuestro reloj. Si estáis muy apegados a vuestro reloj, por ejemplo, intentad recordar cómo reaccionasteis a vuestro reloj antes de comprarlo, cuando todavía estaba en la tienda en el mostrador, y comparas esos sentimientos anteriores y posteriores a la compra. Ahora que " vuestro ", el reloj ha quedado asociado a vuestro Egoconsciencia, " Yo soy ". En la tienda, sin duda se produjo una atracción, pero la asociación con vuestro sentido del yo era menor porque no os " pertenecía ". Así pues, en ese detalle es posible observar cómo sentimos cosas diferentes por el mismo objeto.

En términos generales, las emociones como la ira o el apego se presentan en diferentes grados. Esos grados corresponden al grado en que estamos aferrados a un sentido del yo o del pensamiento "yo soy". Grosso modo, tendemos a concebir el yo como una entidad independiente de nuestro cuerpo y nuestra mente, como una especie de controlador, poseedor de algún tipo de realidad autosuficiente y autónoma. Aferrarse a ese sentido del yo es instintivo.

Una vez que reflexionamos sobre la ausencia del yo, se producirá un correspondiente descenso del Yo, se producirá un correspondiente descenso de nuestro apego a dicho Yo, provocando una marcada pérdida del rígido sentido del Yo o Ego.
Si observamos todos los objetos externos como projecciones de la mente - como algo creado por nuestra mente ilusoria- eso proporciona un marcado descenso en nuestro apego por los objetos externos. Del mismo modo, cuando se empieza a reconocer la ausencia de ese yo autónomo e independiente, nuestro apego instintivo a dicho Yo empezará a aflojarse.

Dalai Lama. El arte de la Sabiduría.

Es cuando dicho Yo o Ego cuando todo se torna bonito por que si, es cuando hacer lo que hagas estará bien, por que todo lo que hagas saldrá del corazón, sin antes filtrarse por la mente perturbada por las mil y unas perturbaciones de la sociedad d hoy día.
Es entonces cuando el vació se torna completo, no necesitas ya nada externo para estar bien, el bien está en ti.
La felicidad siempre está hay, y por culpa de nuestro Eguo, de nuestra mente ansiosa de acaparar esto y aquello, estamos siempre sumerjidos en las perturbaciones mentales que nos hacen dividir todo los que observamos.

La cuesntión es pensar en positivo, así nuestras acciones siempre serán positivas.

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