martes, 22 de diciembre de 2009

El Sí Mismo Está Más Allá de la Mente

El Sí Mismo Está Más Allá de la Mente
Interlocutor: Cuando era un niño experimenté muy a menudo estados de felicidad completa, cercanos al éxtasis. Más tarde, cesaron. Pero desde que vine a la India reaparecieron, particularmente desde que le encontré a usted. Sin embargo estos estados, por maravillosos que sean, no son duraderos. Vienen y van y no hay ningún conocimiento de cuando volverán de nuevo.
Mah: ¿Cómo puede algo ser estable en una mente que ella misma no es estable?
Int: ¿Cómo puedo hacer que mi mente sea estable?
Mah: ¿Cómo puede una mente inestable hacerse a sí misma estable? Por supuesto no puede. La naturaleza de la mente es vagar de un lado a otro. Todo lo que usted puede hacer es llevar el foco de la consciencia más allá de la mente.
Int: ¿Cómo se hace?
Mah: Deseche todos los pensamientos excepto uno: el pensamiento «yo soy». La mente se rebelará al comienzo, pero con paciencia y perseverancia cederá y se tranquilizará. Una vez que usted esté tranquilo, las cosas comenzarán a acontecer espontáneamente y completamente naturales, sin ninguna interferencia de su parte.
Int: ¿Puedo evitar esta dilatada batalla con mi mente?
Mah: Sí, puede. Viva su vida como viene, pero siempre alerta, siempre vigilante, dejando que todo acontezca como acontece, haciendo las cosas naturales de modo natural, sufriendo, regocijándose —como la vida lo traiga. Eso también es una vía.
Int: Bien, entonces puedo casarme, tener hijos, llevar un negocio… ser feliz.
Mah: Ciertamente. Usted puede ser feliz o no, tómelo a su paso.
Int: Pero yo quiero felicidad.
Mah: La verdadera felicidad no puede ser encontrada en las cosas que cambian y se desvanecen. El placer y el dolor alternan inexorablemente. La felicidad viene del sí mismo y sólo puede encontrarse en el sí mismo. Encuentre su sí mismo real (swarupa) y todo lo demás vendrá con él.
Int: Si mi sí mismo real es paz y amor, ¿por qué está tan inquieto?
Mah: No es su sí mismo real el que está inquieto, pero su reflejo en la mente aparece inquieto porque la mente es inquieta. Es como el reflejo de la luna en el agua agitada por el viento.

El viento del deseo agita a la mente, y el «yo», que no es más que un reflejo del Sí mismo en la mente, aparece cambiante. Pero esas ideas de movimiento, de inquietud, de placer y de dolor están todas en la mente. El Sí mismo está más allá de la mente, presenciador consciente, pero no implicado.
Int: ¿Cómo alcanzarlo?
Mah: Usted es el Sí mismo aquí y ahora. Deje a la mente en paz, permanezca consciente y no implicado y usted se dará cuenta de que estar alerta pero desapegado, observando cómo los acontecimientos vienen y se van, es un aspecto de su naturaleza real.

Int: Dígame usted algo que me ayude.
Mah: ¡Usted sabe mejor lo que usted necesita!
Int: Yo estoy inquieto. ¿Cómo puedo obtener paz?
Mah: ¿Para qué necesita usted paz?
Int: Para ser feliz.
Mah: ¿No es usted feliz ahora?
Int: No, no lo soy.
Mah: ¿Qué le hace a usted infeliz?
Int: Tengo lo que no quiero, y quiero lo que no tengo.
Mah: ¿Por qué no lo invierte usted?: quiera lo que usted tiene y no se preocupe por lo que no tiene.
Int: Quiero lo que es agradable y no quiero lo que es doloroso.
Mah: ¿Cómo sabe usted lo que es agradable y lo que no lo es?
Int: Por la experiencia pasada, por supuesto.
Mah: Guiado por la memoria usted ha estado persiguiendo lo agradable y esquivando lo desagradable. ¿Lo ha logrado usted?
Int: No, no le he logrado. Lo agradable no dura. El dolor vuelve de nuevo.
Mah: ¿Cuál dolor?
Int: El deseo del placer, el miedo del dolor, ambos son estados de miseria. ¿Hay un estado de
placer sin mezcla?
Mah: Todo placer, físico o mental, necesita un instrumento. Ambos instrumentos físico y mental son materiales, se fatigan y se agotan. El placer que proporcionan es necesariamente limitado en intensidad y duración. El dolor es el trasfondo de todos sus placeres. Usted los quiere porque sufre. Por otra parte, la búsqueda misma del placer es la causa del dolor. Es un círculo vicioso.

Mah: Usted puede tener toda la paz que quiera pidiendo.
Int: Estoy pidiendo.
Mah: Debe usted pedir con un corazón indiviso y vivir una vida integrada.
Int: ¿Cómo?
Mah: Desapéguese de todo lo que torna a su mente inquieta. Renuncie a todo lo que perturba su paz. Si usted quiere paz, merézcala.
Int: Ciertamente todo el mundo merece paz.
Mah: Sólo la merecen aquellos que no la perturban.
Int: ¿De qué manera perturbo yo la paz?
Mah: Siendo un esclavo para sus deseos y temores.
Int: ¿Incluso cuando están justificados?
Mah: Las reacciones emocionales nacidas de la ignorancia o de la inadvertencia nunca están justificadas. Busque una mente clara y un corazón limpio. Todo lo que usted necesita es mantenerse tranquilamente alerta, indagando en la naturaleza real de usted mismo. Ésta es la única vía hacia la paz.

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